El personaje más célebre de la literatura española tomó vida este fin de semana y se metió en la mágica puesta del Ballet de la Provincia. Con salas colmadas durante las tres presentaciones, viernes, sábado y domingo, Don Quijote, acompañado por su leal escudero Sancho Panza, se enamoró, peleó contra los molinos de viento, hizo muchos amigos, y a pesar de haber caído bajo los encantos de la simpática Kitri, renunció graciosamente a ella y le facilitó la boda con su enamorado Basilio.

La presentación estuvo acompañada por la potencia de la Orquesta Sinfónica, que sonó bajo la batuta de Yeny Delgado. El espectáculo demostró una vez más la notable destreza y alta calidad interpretativa de los bailarines y bailarinas, especialmente de aquellos que tomaron roles protagónicos, quienes fueron repetidamente ovacionados, o celebrados con carcajadas, por un público fervoroso.

Álvaro Monar, viernes, José Chaile, el sábado, y José Torres, el domingo, encarnaron a Basilio, Cecilia Esteban y Sol Augeri le dieron vida a Kitri. Don Quijote fue representado por Andrés Arraya García y Sancho Panza por Gonzalo Burgoa.Y Lucas Morganti le puso condimento al adinerado Camacho.

“Es uno de los ballet más importantes del repertorio clásico. Hemos trabajado mucho cuidando cada detalle, el rigor técnico, la expresividad de nuestros bailarines, que han desarrollado grandes aptitudes actorales; el vestuario, la escenografía. Lo hacemos con mucho amor y entusiasmo. Y estamos felices y agradecidos del acompañamiento del público salteño”, expresó la directora del Ballet de la Provincia, María Inés Riveros Hidalgo.