La Casa de la Cultura es el espacio privilegiado para la exposición de una muestra variada de pinturas al óleo de Mario Ferreyra. El artista plástico comentó que “originariamente la muestra tenía por título, Un 7 de junio en la Cañada de la Horqueta”, un lugar emblemático para nuestra provincia. Mario avanza en su relato y manifiesta: “me encanta ese lugar, voy desde los 15 años, tengo muchas imágenes, fotografías, muchas pinturas, pero también tenía otros temas, otras pinturas que decidí incluir en la exposición y el nombre paso a un segundo plano, solamente pretendo mostrar mis trabajos a todos aquellos que deseen conocerlo”.

Mario observa las pinturas detenidamente y reflexiona, “el tema es la vida real, en particular me atrae mucho la gente que trabaja porque siento que tiene mucha plástica, mucho movimiento, mucha luz; y, desde siempre, la existencia de los caballos, los zafreros, la gente que trabaja en los viñedos, porque es lo que trato de comunicar, esa sensación que me transmite la vida real y la luz sobre ellos”.

Mario se refiere al color comprendido como un atributo o una cualidad de la luz, es decir, se refiere al modo en que la luz es capaz de modificar esa cualidad - color cuando se refleja o transmite, “es lo que trato de pintar, aquí hay varias situaciones donde la principal protagonista es la luz. Por ejemplo, estas escenas de caballo son el último minuto en el camino, a lo lejos, en la Cañada de la Horqueta, pasando Finca la Cruz, cuando el sol entra rasante y permite que se pueda observar esta imagen”.

El artista también se muestra interesado en reflejar la simpleza de las cosas, “En la muestra pueden encontrar un señor barriendo un galpón, algunos me preguntan cómo vas a pintar eso, y la respuesta es la misma, porque me ayuda la luz. Esa pintura se lama Escoba Nueva, lo mío es un juego, no otra cosa, me divierte mucho pintar y me transporta. Pienso que la pasión es otra cosa, pero si me entusiasma la imagen es lo que trato de transmitir; si a mí me llega la situación, trato de volcar en un lienzo con colores lo que me genera, esa sensación es la que luego deseo despertar en las personas que ven la pintura”.

El manisero y Van Gogh

El artista plástico destaca dos obras que se encuentran en la muestra que se puede observar en el hall de la Casa de la Cultura, una es la de un manisero inmiscuido en un juego destacado de luces y sombras, y “Campesina con Rastrillo 1853 – 1889 – 2022”.

“No sé si todavía se ve en Salta el manisero, en Jujuy todavía se acostumbra exclusivamente en los meses fríos. Empezando en abril o mayo y terminando antes de septiembre, los maniseros realizan recorridos fijos, de noche, cuando las calles ya se ven oscuras y yo trato de captarlos porque es algo muy particular, se trata de una persona que vende maní en un carrito, recorriendo la ciudad y los barrios en su bici, cargada con fuego, una maquina a vapor y se detiene para llamar a los clientes bajo un farol y haciendo sonar el silbato a vapor. Ahí, espera que le vengan a comprar y luego se va a la otra esquina, en esa búsqueda de la luz, varias veces los he seguido hasta que algunos se incomodan o cansan y me echan” nos confiesa entre risas. La obra se llama “Se va” en alusión a la canción de Antonio Machín, El Manisero.

Asimismo, Mario destaca la obra “Campesina con rastrillo, 1853 – 1889 – 2022”, “si uno mira la obra se dará cuenta que la persona no es de acá, tiene su origen en Francia muy cercano a París con un dibujo de un pintor y dibujante, Jean-François Millet. El francés habría hecho unas 10 estampas pequeñas con dibujos en blanco y negro que luego se reproducían por litografía, se vendía y de eso vivía. Por otra parte, en 1889, Vincent Van Gogh vivió un periodo recluido por problemas de salud mental, no le permitían salir a pintar, entonces su hermano le envió estas estampas de Jean-François Millet que eran muy pequeñas y en blanco y negro. De acuerdo a los catálogos de Van Gogh, la obra estuvo pintada en blanco y negro, pero con el tiempo desapareció, tras lo cual, lo único que queda nuevamente son las fotos en blanco y negro. La anécdota me llamo la atención, tiene una vida fascinante y he decidido darle vida nuevamente a la campesina, y creo que es la única obra que no voy a vender nunca”.

Las obras se encuentran en exposición en el hall de la Casa de la Cultura, Caseros 460, hasta el domingo 13 de noviembre, con entrada libre y grat