El largometraje recrea la manera en que los Incas subieron a la cima, de casi 6800 metros, con la vestimenta de la época, mostrando, de esta manera, la hazaña realizada por quienes pueden ser considerados los primeros montañistas del mundo.

La película mostrará también todo el trabajo previo que realizó un vasto equipo de investigadores, músicos, artesanos, pastores, cocineros, etc, para poder recrear las condiciones del ascenso de hace 500 años atrás, utilizando tejidos, utensilios y comida elaborados con técnicas ancestrales.

El rodaje se realizó en diversos lugares del Noroeste argentino, desde la Quiaca y El Cóndor, en la puna jujeña, pasando por la Quebrada de Humahuaca, el sitio y petroglifos de Tastil en la Quebrada del Toro, San Antonio de los Cobres, los Valles Calchaquíes, Salta Capital y el Volcán Llullaillaco.

Los roles protagónicos fueron interpretados por el arqueólogo Christian Vitry, Director General de Preservación e Investigación de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural y el guía de montaña Jaime Soriano. La dirección estuvo a cargo de Cristian Habaruk y Guillermo Glass.